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Esquizofrenia

¿Qué es?
Es un trastorno psiquiátrico grave en la que se produce una escisión en la asociación de ideas y una retirada de la realidad circundante y la vida social.
Hay varios subtipos de manifestaciones esquizofrénicas;
– Esquizofrenia paranoide: predominio de ideas delirantes que pueden acompañarse de alucinaciones, sobretodo, auditivas y perceptivas. Es el que mejor evoluciona.
– Esquizofrenia hebefrenica: predominan los cambios afectivos, ideas delirantes y alucinaciones transitorias. Destaca el humor inadecuado, pensamiento desorganizado y discurso incoherente. Pronóstico poco favorable
– Esquizofrenia catatónica: predominan las alteraciones psicomotoras. El pronóstico de esta suele ser poco favorable.
– Esquizofrenia indiferenciada: subtipo de esquizofrenia donde no predomina ningún síntoma concreto de otro subtipo.
– Esquizofrenia residual: fase en la que ha habido anteriores episodios esquizofrénicos, pero en la actualidad no hay síntomas psicóticos importantes. Es donde aparecen los síntomas negativos.

Época de la vida
Generalmente se inicia en la adolescencia o juventud. En hombres la aparición es más temprana (17-21 años), mientras que en mujeres aparece de forma más tarde (20-25 años), aunque puede aparecer entre los 15 y 45 años. Hay casos donde puede darse en la infancia, pero se presentará de forma enmascarada con problemas sociales o de mal comportamiento.
La prevalencia de este es del 1% de la población y afecta en igual medida a hombre y a mujeres.

Síntomas
Los síntomas en esquizofrenia se dividen en dos tipos:
Síntomas positivos;
• Alucinaciones: percepciones internas sin la presencia de un estímulo externo.
• Ideas delirantes; creencias erróneas sobre una realidad sólo cierta para la persona afectada.
• Conductas extravagantes
• Trastornos del pensamiento, alterado en la línea de la creatividad.

Síntomas negativos;
• Empobrecimiento afectivo
• Alogia: Falta de lógica, pobreza en el lenguaje que se muestra vago y repetitivo.
• Apatía y abulia: pérdida de interés por todo y de energía.
• Falta de deseo y de asociación
• Desmotivación
• Problemas de atención

Cómo se diagnostica
El diagnóstico se establece en base a la historia clínica de la persona y la información que pueden aportar familiares y compañeros.
Tras descartar la causa orgánica de tal sintomatología, es importante atender a la aparición de dos ó mas de los síntomas positivos o negativos, y a la disfunción social, laboral o escolar de la persona. Es importante atender a que tal sintomatología no responda a un trastorno generalizado del desarrollo o a un trastorno del estado de ánimo, ni a los efectos de la intoxicación por consumo de tóxicos.

Pronóstico
Para establecer el pronóstico de la enfermedad, se debe atender a las características de la persona, la forma de inicio del trastorno, la intensidad,… En los episodios de brote suele producirse una pequeña afección cognitiva permanente en la evolución.  En algunos casos evoluciona positivamente,  y en otros puede cronificarse.
El 30% de las personas afectadas permanece sin deterioro, el 40% con deterioro ligero, y el 30% muestra un deterioro progresivo de las funciones.
Se prevé una mejor evolución del trastorno cuando predominan los síntomas positivos, si el brote es tardío, su inicio es agudo, cuanto más nivel intelectual posea la persona. El tratamiento psiquiátrico es indispensable, pudiendo beneficiarse de uno psicológico simultáneo.

Tratamiento
El tratamiento más adecuado es de carácter farmacológico y psicológico.
A nivel farmacológico destacan por si efectividad los fármacos antipsicóticos o neurolépticos atípicos, los cuáles, no tienen efectos secundarios, son de absorción lenta (por lo que su efecto es más duradero) y a su vez son compatibles con otros fármacos.
A nivel psicológico es recomendable la psicoterapia a nivel individual y familiar. Así mismo, la reinserción a la vida social y laboral en fundamental para que la persona recupere sus hábitos de vida, la integración en la sociedad, conseguir una normalización.